Estoy con mi
hermano caminando hacía un lugar dónde quedamos un grupo de amigos para empezar
una ruta de senderismo. Antes de llegar allí ya estamos probando nuestras
habilidades un poco haciendo Parkour por el pueblo, mi hermano en concreto
competía contra su mejor amigo en quién conseguía llegar antes al punto de
reunión.
Llegamos al lugar,
era un montículo de piedras al lado de un camino. Charlamos allí con el resto
del personal, estos se quedan alucinados cuando me ven con unas zapatillas de
verano para hacer la ruta, les hablo de que yo si no hay agua voy sin problemas
en zapatillas. Ellos me insisten que coja unas botas o algo contundente pero yo
sigo con mi opinión.
Emprendemos la
marcha, yo me acuerdo que no traje nada más que mi ropa, entonces voy corriendo
a casa a coger cuatro cosas útiles y ya les pillaré en la montaña, empiezo a
correr y soy una bala, saltando con una destreza que los pierdo de vista en
segundos.
Una vez cojo las
cosas voy directo al monte, atravieso un prado, para seguir veo que el prado está
rodeado de unos árboles grandes con muchísima maleza entre ellos, solo había un
hueco para pasar, este lo habían medio tapado con una gran bola de hierba seca
y sobre ella una tabla enorme con un hueco cuadrado por el que pasa una persona
tranquilamente. Al fijarme noto que esa estructura y la disposición del bosque
esta así para encerrar a algún animal al otro lado.
En el prado del
otro lado me cruzo con un montón de cordeles tirados, de todos los conocidos
que debían estar allí solo encontré a una niña, era mi hermanita, poco más crecida que un bebe. En aquel lugar encontramos de pronto un pozo lleno de
agua hasta arriba. Mi hermana se quiso acercar, de pronto veo que se mete
dentro, al segundo me acerco a prisa y me meto dentro a sacarla.
Nado, nado y nado.
Con una agitación enorme busco desesperado tocar algo que no sea piedra ahí
dentro, sigo bajando y no la encuentro, ahora tengo que subir que no tengo
aire, subo, cojo una bocanada y ahora me meto aún más al fondo, mi mente se
aterrorizaba con la idea de que bajara hasta tan abajo, se me ocurría que
pudiera quedar enganchada en alguna extraña grieta que yo no vi. Llegado a un
momento había bajado demasiado, ya no tenía aire para seguir ni para arriba ni
para abajo.
Entonces la escena
pasa a ser un juego, mi hermanita surge del fondo subiendo como una bala, lleva
ahora ropa de princesa Peach y me arrastra arriba como si fuera un torpedo. Una
vez fuera solo podía pensar en que me había pasado ahí dentro. Ahora vuelvo
bajar hasta el fondo pero ya no soy yo, soy mi avatar del Super Mario, me
encuentro setas de crecimiento en las paredes del pozo, al fondo, más setas
para conseguir vidas, alguna estrella y unas raras planchas sobre las que
saltaba, con ellas llegaba a traspasar la pared, para encontrarme que al otro
lado ya había tortugas, tubos y algún cuadrado sorpresa, pero nada más llegar
salté mal, caí al vacío y suena la música.
Estoy ya de vuelta
en el ciudad, esta todo revolucionado con un evento televisado, un barco atraca
en el río, están buscando quién se atreve a montar en él. Se suben viejos,
algún chaval conocido y algún que otro personaje de la ciudad. Cuándo empiezan
a mover el barco la gente empieza caer al río, estaba el camarote al máximo.
Medio pueblo se reía solo de verlos caer por tonterías y discusiones entre
ellos.
Vuelvo a casa, allí
me pongo a ver una película que pasan por la tele, mi padre también pasaba por
allí y se queda a verla, la película en principio pasa en la tele pero llega su
actor principal a andar por nuestro salón como un fantasma, de hecho cruza las
paredes, interactúa incluso a veces con nosotros los espectadores.
En cierto momento
decido bajar a la cocina, en la cocina me encuentro un libro, estaba
relacionado con la película, parte del contaba su historia, otras partes tenían cómic en blanco y negro, al final del libro empezaba a ser cada vez más
educativo, repleto de fórmulas, trigonometría espacial y geografía. Al terminar
la película mi padre baja, al ver el libro también comenta conmigo que ese era
uno de los libros que usó en su época de estudiante de la que recordaba que
duró unos 16 años, no me quedó claro cuándo empiezo a contar.