
Ese mismo hombre
que trabajaba allí nos estaba contando una historia sobre lo que se hacía
dentro, decía que podía demostrar con qué cara trabajaban.
Entró en el banco y
me encargo que fuera pedir cambio de 10 euros. Al rato está en la ventanilla,
me acerco y le doy el dinero, dentro empieza a hacer un paripé, en medio de la
actuación se mete en la ventanilla otro hombre, este dice ser un inspector, se
saludan cordialmente y el saca los papeles pertinentes, mi amigo poco después
saca 35 euros y “gracias por su visita señor”.
Me marcho como si
nada hubiese pasado y paro con mis amigos a hablar del asunto.
Mis amigos se
habían marchado, yo quede medio vagando por la ciudad esperando que mi hermano
terminase de trabajar, trabajaba en un banco.
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Yo le espere en la
acera opuesta al banco, mirando que andan haciendo. Un hombre con aspecto de vagabundo se para en un
buzón apoyado, empezando a hablarme de la economía y la banca. Entonces un
chaparrón empezó a mojarlo todo, nosotros dos quedamos inmóviles observando el
local.
En el segundo piso
del local tenía decorado, publicidad y papeles. Entonces vi salir a mi hermano
con un par de chicas vestidas de camisa blanca, ellas se pusieron fuera, una
trataba de coger un decorado que parecía pesar tanto como sus deudas, la otra
solo se ponía a dirigir, y mi hermano tenía que llevar a dentro un saco lleno
de cartas, cuando mi hermano recibía sus orden el parecía una mujer, se movía
de una manera rara, hasta que antes de entrar me mira y me hace un gesto
positivo con la mano, en ese momento sí que tenía la cara de mi hermano.
El hombre apoyado
en el buzón no sabía si estaba esperando por mi o si se había quedado allí para
mirar como aquellas chicas bien vestidas mojaban sus camisas, aunque no lo
dijera, el hombre tenía la ilusión de que se le rompieran algunos botones.
FIN