Un gran escenario preparado para la obra de teatro, tenía
cuatro alturas diferentes en las que ocurrían diferentes escenas, en el centro
del escenario se desenvolvían las escenas más emocionantes y trascendentales, a
los dos lados unas escalera llevaban a otros dos escenarios más pequeños, al
fondo del escenario, como si formara un balcón estaba el último escenario, ese
día estaban todos listos para representar una obra formada por escenas de
diferentes películas de Eminem.
Empezó, en el centro Eminen enfrentándose a un hombre, la
escena era iluminada por un gran foco, cuando la conversación comentaba un
hecho del pasado se detenían y el foco
cambiaba al segundo de escena, mostrando la representación de ese pasado, los personajes
de estas escenas llevaban trajes de los años cincuenta, ropa de aquella época.
En estas escenas solía haber golpes, abusos, discusiones… Al recordar todos
esos episodios los personajes centrales sacan sus armas luchar, ambos cogen
unas espadas largas, eran fuertes y las recubrían unas llamas de fuego intenso,
el duelo era extremo, de sus choques se veían salir chispas. En el momento en
que Eminem tenía a su objetivo caído para dar el último golpe llegaban dos
personajes bajando la escalera y gritando para detenerle, los dos personajes
caen en el suelo mirando a Eminem. Al acto el director corta la obra, -“ Pero
joder! Que cojones haces entrando en la escena fumando, estamos actuando, como
se te ocurre! “, uno de los actores que acababa de entrar había irrumpido con
el cigarro en la mano –“con eso de que estábamos esperando arriba, pues me
encendí uno y cuando entre en escena aún me quedaba la mitad”, el director
indignado ni responde, llama a un compañero que trabajaba para él, empieza a
hablar mientras sale del edificio, yo que hasta el momento no había hecho nada
más que observar, le sigo. Por el teléfono decía que se iba tomar un café o
algo porque no podía seguir trabajando así, el hombre al que llama estaba en la
calle de al lado, justo por la que estábamos yendo, cuando nos lo cruzamos le
pegó un susto y al momento tiro al suelo un mechero, el director paro la conversación
aunque no se digno a decirle nada.
Después del parón todo el equipo nos reunimos para comer en
un comedor que teníamos reservado, era una sala enorme, las mesas y sillas
estaban colocadas formando cuadrados, un primer cuadrado en el centro, otro a
su alrededor más grande y un tercero. Para comer solo había dos opciones,
filete o costilla, algunos filetes estaban servidos pero yo quería costilla y
estaba buscando un sitio para comer cerca de mis amigos, aquellos con los que
me llevaba mejor, sin darme tiempo a pensar ni moverme, todos los asientos se
cubierto, yo unas decenas tuvimos que desplazarnos a unos asientos
improvisados, cuando llegamos resulta que los primeros se comieron toda la
comida, los que comieron se marchan enfadados a comer fuera, sin embargo a mi
no me preocupa no comer y acompaño a mis amigos por ahí.
A la entrada de ese comedor había un largo pasillo, en una
esquina nos encontramos una salida, parecía una ventana gigante pero sin
cristal, fuera se veía un pequeño terraplén que daba a un regato de agua, más allá
un jardín verde con árboles, un empleado municipal estaba podando en aquel
momento. Nosotros cogemos a uno de nosotros agarrado, le hacemos la broma de
tirarlo, nosotros nos apoyábamos en la tierra, pero la tierra se nos hundía
debajo, cuando nos dimos cuenta nos tiramos todos al pasillo llenos de barro.
La jornada de trabajo había terminado, estaba con un
conocido andando por un paseo enorme de la ciudad, una calle peatonal anchísima,
entonces se me ocurre aprovechar el paseo, decido salir a correr, atravesarlo,
me despido y empiezo a coger velocidad, me concentre en la carrera, en mi forma
de moverme, estaba buscando la máxima velocidad, cuando parecía estar a punto
de me cruzaba con algún peatón que me desequilibraba, llevaba tanta velocidad
que hacer un giro me estaba tambaleando, perdía adherencia, patinaba, la
inercia que llevaba estaba creciendo, la calle dejaba de tener vistas a la playa
y pasaba por una larga consecución de tiendas, llegado a un momento paso cerca
de un perro, se altera y empieza a correr detrás de mí, le asustaba, entonces decidí
frenar algo para que el perro se diera cuenta de que soy una persona, así me
dejaría en paz pesé. Para frenar abrí los brazos, pare de mover las piernas
aunque mi inercia me llevaba flotando hasta que logre parar, entonces me
alcanza el perro, se presenta delante de mí y saltando me muerde en la frente.
FIN