Estoy en un campo de fútbol de cemento viendo como juegan, de entre los que jugaban solo conocía a uno, Noé, era un portero.
En un determinado momento del partido el hacía una parada, llegaba a atrapar el balón y intentaba pasarlo por el aire con un saque de brazo, cuando está a punto de tocar el suelo un chaval de equipo se saca de la manga una vaselina, el jugador recordaba a Fernando torres de joven pero sin pecas. El balón iba directo a la portería de Noé, pega en el palo y gol, Noé permaneció perplejo, no tubo tiempo para moverse, en ese instante se cabrea, vuelve coger la pelota y despeja con rabia, el saque resulta tan malo que en vez de ir al campo. este se dirige a mi zona, tras eso todos los presentes empezamos a reírnos de su torpeza y mientras la pelota caía ladera abajo, yo consigo parar de reír y voy recogerla.
Cuando vuelvo al lugar esta completamente transformado, donde estaba el campo había un escenario que parecía un mapa antiguo de aquellos hechos a mano en la antigüedad, todo estaba coloreado de diferentes tonalidades de marrón, sus dimensiones abarcaban todo lo que era el campo de fútbol, poseía relevo, podía ver como las montañas dibujadas se elevaban, además sobre el había diferentes criaturas como lagartos, también de grandes dimensiones pero permanecían inmóviles en su posición hasta que recibían una ordenaba un cambio de posición, al acercarme le pregunto a Noé y el me responde " Necesito que me ayudes en esta partida de ajedrez ".
FIN
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