Camino con una chica a la playa, cuando llegamos nos encontramos con sus amigas.
Tras saludarlas encuentro un cuchillo tirado en la arena, como muchas veces lo cojo y empiezo a hacer malabarismos, al aire, dando volteretas y tras un rato de espectáculo decido seguir con lo ojos cerrados, toda mi habilidad pasa a depender de mi tacto, de la destreza de cada movimiento y de mi imaginación para saber onde esta, la gente al verme miraba sorprendida hasta que al final no di aguantado y me cae, igualmente la gente me aplaude.
No obstante parece un hombre quejándose, un hombre con aspecto de motero, afeitado en forma de herradura color blanco, con gafas de sol y con un cuchillo en la mano, entonces me dice que no puedo compararme con el, el es muchísimo mejor, de pronto hace un movimiento rápido en menos de un segundo pasándome a milímetros de mi cara y añadiéndole cuatro giros espectaculares con una mano, yo permanezco inmóvil y sorprendido, hasta que reacciono diciéndolo mientras me marcho " Bueno pode que seas mejor pero yo tengo mejor culo ", entre risas marcho con las chicas a otro lado.
Cuando nos estamos acercando a la calle vemos que en nuestra acera había una gran rampa, yo sin dudarlo me despido de ellas y corro cara ella, la salto y caigo contra los peatones de la otra acera, de hecho había veces en las que volvía atrás para volver saltar y chocarme con las chicas que pasaban.
Aquel día la calle estaba repleta, al otro lado había una segunda rampa que daba o río, a unos metros la gente miraba por un puente como muchos espontáneos saltaban al río, en la calle había una mujer con un aspecto muy peculiar, estaba discutiendo con unas chicas que querían saltar porque non podían saltar si no tenían un pequeño corte en la parte de arriba de las orejas.
Dos niños aparecen en la orilla del río, uno de ellos, un niño gordo decía " vamos a hacernos famosos, me voy a tirar al río pero yo no se nadar, confió en ti, si no tenemos suerte yo muero ", o gordo lanzase, empieza a chapotear mientras se funde, al amigo le costaba mucho salvarlo con su endeble cuerpo pero a duras penas lo consigue.
Cuando termina la escena de insensatez aparecen dos maestros de seducción diciendo " esas autenticas gilipolleces son las que llevan a ningún lado " y el compañero añade " Aparte de jugarse la vida. Que suerte tenemos de vivir en esta tierra, debemos estar contentos de poder experimentar a experiencia de vivir ".
FIN
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